Las semillas deben almacenarse en un lugar fresco, seco y oscuro, preferiblemente en un recipiente hermético y refrigerado para prolongar su viabilidad.
Las semillas regulares producen tanto plantas masculinas como femeninas; las feminizadas producen solo plantas femeninas, y las autoflorecientes florecen automáticamente sin necesidad de cambios en el fotoperiodo.
La tasa de germinación suele depender de la genética y el almacenamiento, pero con el cuidado adecuado, nuestras semillas tienen una alta tasa de éxito.
Sí, muchas de nuestras semillas son adecuadas tanto para cultivo interior como exterior. Consulta las descripciones específicas de cada semilla para conocer sus características.
Esto depende de la variedad. Las autoflorecientes suelen florecer en 8-12 semanas, mientras que las feminizadas pueden tardar entre 8 y 14 semanas, dependiendo de la genética.
Generalidades sobre el cuidado de la planta
Las plantas requieren nitrógeno, fósforo y potasio, además de micronutrientes específicos en cada etapa de crecimiento.
Las plantas de cannabis necesitan suficiente agua para mantenerse hidratadas, pero es importante evitar el riego excesivo. Como regla general, riega solo cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto.
Para interiores, se recomienda usar luces LED o HPS con espectro completo. En exteriores, el cannabis prospera con al menos 6-8 horas de luz solar directa al día.
Durante la fase vegetativa, la temperatura ideal es de 20-28 °C y la humedad entre 50-70%. En floración, baja la humedad a 40-50% y mantén la temperatura en 18-26 °C.
Las hojas amarillas pueden indicar deficiencias de nutrientes, riego excesivo o problemas de pH. Identifica el problema revisando la dieta de la planta y ajustando el pH o la frecuencia de riego según sea necesario.
Durante la fase vegetativa, se requiere más nitrógeno. En la fase de floración, aumenta el fósforo y el potasio mientras reduces el nitrógeno.
Tips útiles para el cuidado de la planta de Cannabis
Mantén el pH entre 6 y 7 en suelo y entre 5.5 y 6.5 en hidroponía para asegurar que la planta absorba los nutrientes de manera óptima.
El sobrealimentar a las plantas puede causar quemaduras en las hojas. Sigue las recomendaciones del fabricante de los fertilizantes y ajusta las cantidades gradualmente.
Revisa las hojas regularmente para detectar posibles plagas, como ácaros o mosca blanca. Puedes utilizar jabón potásico o aceite de neem para controlarlas de manera natural.
En interiores, la ventilación ayuda a prevenir moho y hongos, además de fortalecer los tallos. Usa un ventilador para mantener el flujo de aire.
La poda y técnicas como el LST (Low-Stress Training) permiten mejorar la distribución de luz y el flujo de aire, aumentando así el rendimiento de la planta.